
Puede que no lo aparente, porque no dejaré de sonreír mientras hablo, no daré una mala contestación (bueno, eso no es raro), ni daré un melenazo mientras me doy la vuelta ofendida debido a mi eterna sensibilidad ante gentes sin corazón.
Todo aquél que no tenga ningún aprecio por su vida, que se acerque a mí y me diga algo que no me guste o simplemente algo mínimamente desagradable. No necesitaré armas, me bastará con sacar las uñas o tirarme a su cuello.
No me hago responsble de mis actos.
Tendré que esperar a la siguiente juerga para hacerme otra trasfusión de "brugalete con coke" o cualquier otro líquido con más de 30º de quitapenas.
Hasta entonces creo que tendréis que conformaros con mi cara de ajo y con esta canción que escuché el otro día en la televisión mientras pasaba por delante y me hizo tanta gracia que me senté a verla un ratico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario