domingo, 31 de enero de 2010

martes, 26 de enero de 2010

Al otro lado del país sin luz.

No hace falta someterse a complicadas pruebas de habilidad y destreza para parecer un completo idiota. No es necesario irse muy lejos para abandonar lo que tanto nos importa. No tenemos por qué insultar a nadie si sabemos como hacerle la zancadilla y que parezca un accidente.

Mostrar un inexpresivo semblante ante una imagen que dejaría sin aliento al mismísimo diablo no es tarea fácil, es casi imposible. También lo es tratar de transmitir una falta de asombro ante algo que nos es totalmente inexplicable e impredecible. Al igual que mantener la cabeza alta con el riesgo de sufrir una explosión en los ojos al cargar con un orgullo herido y hundido.



Buscar una razón para cada acción o cada situación es una pérdida de tiempo. Y aunque sea un planteamiento común; el tiempo de cada persona no es infinito. Puede que a unos les sobre de tal forma que no sepan que hacer con él y puede que a otros les falten segundos para mirarse al espejo.
Y, tras considerar que darle explicación a todo es una pérdida de tiempo y situarme en el grupo de los afortunados desocupados, termino por no pensar demasiado en la fuerza mayor que me hace levantarme de la cama cada mañana o entender que hay detrás de la intención de hablar con mi perro.

Mi falta de actividades rutinarias ha derivado en un continuo ir y venir de ideas que no terminan en nada. La falta de disciplina me deja tirada en el sofá mientras mi mente se entretiene con la lectura. Revistas de moda, ocio, psicología, música, decoración y libros de ciencia ficción, novela, narrativa, poesía... No son más que paja que rellena mi ahuecada cabeza y hace que estalle en un intento fallido de instrucción.
Si leer no funciona, las películas son la segunda opción, pero pocas de ellas llegan a su final.
Tercera opción: series de televisión, que siguiendo el ejemplo de la segunda opción, rara vez me revelan su misterio en el último capítulo.



martes, 19 de enero de 2010

Invasión alienígena.

18 de Enero de 2010.

Avistado un OVNI en la madrileña ciudad de Tres Cantos.
















sábado, 16 de enero de 2010

Lección del día.

Ya lo dijo el maestro; "a base de palos se aprende", y así es, el ser humano aprende de sus errores, pero como es un animal idiota y absurdo, aprende pero olvida. Si se educara como en los viejos tiempos otro gallo cantaría, vara en la mano y colleja al canto, las cosas quedarían más claras y los conocimientos se asentarían de forma mucho más considerable.

Es un mal muy común el beber hasta perder el conocimiento, y hasta que no llega ese punto, en el que viajamos a mundos insospechados, no nos despegamos el vaso de la mano.
No es difícil adivinar cuando nos vamos acercando a la frontera; si articular palabra resulta una tarea complicada y mover los pies de manera rítmica se vuelve algo imposible, va siendo hora de dejar el tema a un lado y guardar las apariencias manteniendo la compostura y sobre todo, el equilibrio.

Parece ser que el que lleva el estado de embriaguez con más estilo y disimulo que el resto, aparte de ser más guay, se gana el puesto de macho alfa en la manada y es condecorado con la medalla de la elegancia y el saber estar.

Y si ya han llegado a meta, ser el segundo no es menos gratificante. Decir "no" al último chupito y que no lo tengan que decir por tí es un paso. Levantarte de la silla, cama, sofá o taburete sin ayuda es otro pequeño paso.
Evitar dejar huellas y pruebas evidentes en fotos de la melopea que acabará con la propia vida es el paso clave. Y que tus discursos sean entendibles y tus argumentos en los debates tengan cierto fundamento es el empujón que rematará la carrera.




La embriaguez... Para la élite de los más cultos de este país -en lo que a letras se refiere- bajo el apellido RAE:

1. f. Turbación pasajera de las potencias, exceso con que se ha bebido vino o licor.
2. f. Estado producido por una intoxicación de gas, benzol, etc.
3. f. Enajenamiento del ánimo.

Para la gente de a pié; el estado de máxima y eufórica felicidad que se puede experimentar temporalmente y que transforma al más sieso en un Don Juan, al más tonto en culto, al más listo en un ignorante de poca monta, al más megalómano en un pusilánime enano del bosque y al más rico en un pobre mendigo.
Los enemigos firman tregua y no se separan en toda una noche, las declaraciones de amor son más fáciles de decir, las verdades no se atragantan y salen por sí solas, la vergüenza se cae por la alcantarilla y la opinión pública importa un carajo.



Conclusión: "Moriremos jóvenes pero contentos".

miércoles, 13 de enero de 2010

Modelnos de mielda.

Parece que aún queda mucho por inventar, el arte, la moda, la música, los ideales... pero son reciclados década tras década. La originalidad y la creatividad se basan en simple repetición de tendencias pasadas, innovar es un lujo que está al alcance de muy pocos. Visionarios que reinventan estilos.

Es muy sencillo; pantalones pitillo hasta los sobacos, plataformas psicodélicas, tirantes, camisas de cuadros, jerseys de rombos, gafas de pasta a lo Clark Kent, medias de colores, maraña de pelo o pelo corto nos convierte en los seres andróginos por excelencia.
El más moderno es el que habla retocando cada frase, usando términos casi extinguidos, haciendo que el de en frente parezca un ignorante por no saber quién es quién. Esta pedantería lapida al analfabetismo, al menos en apariencia... y eso no se si es un punto a favor o en contra.
Visitar las tiendas de segunda mano, pasear por la Gran Vía con un recipiente de Starbucks en la mano o pasar las tardes en cafés y tascas de estilo vintage te hace subir un escalón en la complicada pirámide social.



Alguno pensará... "qué hipócrita es esta chiquilla", cosa que debo negar, pues esto no es un texto con un fin concreto, no pretendo humillar a nadie, ni lucirme con un pequeño discurso o ensañarme con una forma de vida como otra cualquiera.
Además, yo también desayuno en Starbucks, me pongo medias inspiradas en Agatha Ruiz de la Prada, uso palabrería ridícula, escucho a los Beatles, llevo ropa de segunda mano y uso gafas de pasta sin ser miope.






lunes, 11 de enero de 2010

Naranja imberbe.

Poco a poco se fue apagando la llama, poco a poco dejamos de ser uno para ser dos, tres o cuatro y poco a poco empecé a recuperar el control de mi vida.
Tú me apartaste sutilmente de tus planes, yo te eché a patadas de los míos.
Han pasado unos meses, y creeme, no he sentido ni un ápice de nostalgia, aunque realmente no creo que lo haga nunca. Si lo hago me apagaré un cigarro en la mano.

Con suerte y algo de ayuda -todo hay que decirlo- mis sentimientos hacia tí tuvieron una muerte rápida e indolora. De la noche a la mañana pasaste a un último plano y en contadas ocasiones entrabas en escena. Hasta yo me asustaba de la poca sensibilidad que mostraba... y estoy siendo generosa.
Mis hombros se relajaron, pues estaba libre de carga, cargos, culpa y sobre todo, lastre. Era libre, cual pájaro. Y este pajarillo voló muy, pero que muy lejos. Dos días más tarde estaba durmiendo fuera del nido -detalles y bromas aparte.

Siempre he creído que de todas las personas se puede exprimir algo de jugo, manteniendo el equilibrio del organismo de una forma agria, dulce o agridulce, pero esta vez tengo que retractarme... Y es que, bonachona de mí, te he dado la oportunidad o he perdido el tiempo de devanarme los sesos y quemarme alguna que otra neurona en busca de algo que mereciera la pena de tí y no he encontrado nada beneficioso. Sólo has conseguido cortarme la digestión.

A modo de halago debo decir que echaré de menos las íntimas, pasionales e "instructivas" escenas de cama, a modo de insulto tengo que añadir que será lo único que eche en falta.


Sí, soy una tipa muy dura.

sábado, 9 de enero de 2010

Yo nací para ser una estrella.

Me pongo gafas para parecer más interesante, tanto o más que Risto. Llevo una dieta tan buena como la de Janet Jackson. Soy tan hipócrita como Mercedes Milá, que lleva camisetas antitabaco y fuma entre bastidores. Al igual que la Obregón, meto tripa al salir por la puerta y poso en la orilla del mar con un bikini que no deja lugar a la imaginación. Sueño con ponerme un Versace azul pitufo, enseñar una liga roja y atragantarme con una uva delante de las cámaras como Belén Esteban. Añoro tanto el glamour como Ana Rosa, pero tengo la piel tan tersa y soy tan elegante como la Preysler. Me invento términos y realizo ritos satánicos (muy divertidos) como Jodorowsky. Canto tan bien como los triunfitos. Tengo tanta chispa y reboso tanta gracia como Paz Padilla. Y si a la Patiño no le tiembla ni el pulso ni la voz al insultar a alguien, a mí tampoco.



jueves, 7 de enero de 2010

Prototipo "popurrero".

Levantarse una mañana y sentir calor, color en los mofletes y brillito en los ojos. Lanzar una moneda al aire y ver la cara esperada. Deshacerse de todo complejo, culpa o lastre de cualquier tipo. Abrazar la locura transitoria y disfrutarla sin vergüenza alguna. Reírse de uno mismo. Premiar siempre con una sonrisa o un comentario oportuno. Cruzar la delgala línea que separa lo real de lo absurdo. Querer perder el tiempo en algo productivo a plazos indefinidos. Acumular trastos inservibles. Leer libros y revistas técnicas fingiendo entender cada uno de los vocablos que componen sus páginas. Creerse un intelectual y padecer diarrea verbal. Darle la mano a la autorrealización y la autoexigencia pasiva. Reflejar en el espejo lo deseado. Ser tan obtuso pero a la vez ir tan sobrado que dar explicaciones resultaría ofensivo. Vestir una honestidad y una modestia insultantes. Contradecirse hasta el ridículo y perder la poca credibilidad de la que puede presumir el ser humano. Aceptar o tener ideas idiotas. Beber hasta perder el conocimiento y pasar la noche con extraños. Vivir en un completo desorden. Desechar todo recuerdo inútil. Seguir adelante... como los de Alicante.




-¿Qué?

domingo, 3 de enero de 2010

3 de Enero.

Hay que ver lo mucho que me cuesta hablar de cualquier tema que requiera afirmaciones y opiniones convincentes y certeras.
Aún recuerdo aquellos tiempos taaan lejanos en las aulas, cuando me pedían que escribiese una redacción sobre cosas que ni conocía o debatiese sobre temas que ni siquiera entendía.En concreto era incapaz de describir lo que era para mí el amor, la culpa, la moral o la justicia... en fín, esos temas, tan abstractos y obtusos en mi cabeza, eran la palabrería preferida por las religiosas para educar sin éxito a los salvajes que tenían por alumnos.

A día de hoy, creo que sigo siendo incapaz de definir lo que es para mí algo tan universal como el amor o el odio y me parece que seguiré siendo incapaz durante mucho tiempo, ya que he optado por infravalorar esos sentimientos tan cursis, detestables y sobre todo, prescindibles.


Por cierto...
Feliz aniversario.


viernes, 1 de enero de 2010

Con el rabo entre las piernas.

He sentido una necesidad imperiosa de reabrir mi blog, no sé si por voluntad propia, por persuasión o por el sentimiento de culpa que me envolvía por privar a mis "asiduos" de las palabras que explican mi curiosa forma de ver y vivir el mundo.

Otra posible razón por la que vuelvo a los ruedos es el comienzo de este nuevo año. Sinceramente, el 2009 ha sido un año realmente duro para mí, por diversos temas que prefiero no mencionar... por respeto, por vergüenza o por el simple recuerdo que prefiero enterrar.


He tenido mucho tiempo para pensar, tiempo para cambiar y sobre todo mucho tiempo para divertirme. (Pero mucho mucho tiempo, ¿eh?) Y me he sorprendido a mí misma descubriendo la facilidad que tengo para olvidar las cosas y seguir adelante, contra todo pronóstico y mal augurio.


Las buenas costumbres nunca se pierden, y es que seguiré siendo una persona pesimista y absurda, pero añadiré más aliño a la ensalada y me dejaré seducir por el espíritu del buen vivir, el buen comer y el buen beber.


Por otro lado, podría decir que mi retorno se debe al aburrimiento absoluto , pero eso no me lo creería ni yo.


Feliz año nuevo.