lunes, 26 de octubre de 2009

"Tú no existes"

Parece mentira que haya tirado la basura tan pronto... si faltan horas para que llegue el camión y el cubo está medio vacío... o medio lleno, según se mire y quién lo mire.


No sé lo que soy, ni qué quiero ser, ni con quién quiero estar. Esta crisis moral y de identidad está acabando conmigo. -Bueno, en realidad no lo llevo tan mal-.
Y es que prefiero pensar que he pasado los últimos años en coma que imaginarme cerca de tí. Prefiero borrarte de las páginas de mi autobiografía. Prefiero no tenerte en mi lista de contactos. Prefiero no saber de tí.

Soy una persona fría y seca, (¿no?) y como tal, aguantaré el chaparrón y lo que venga. Pero sin tu presencia o tu recuerdo.




Mantengo esta postura, egoísta y/o merecida (o no), porque espero que hagas lo mismo conmigo.


Nos veremos en la otra vida.

domingo, 25 de octubre de 2009

viernes, 23 de octubre de 2009

Y el grillo habló.

La voz de la conciencia me dice que lo mejor es que salga de ahí, que deje de dar vueltas en la rotonda, que tome la siguiente salida. La voz de la conciencia me dice que debo hacer lo que realmente quiero, no lo que debo. La voz de la conciencia me dice que tengo que ser yo la que maneje el cotarro, la que lleve el timón, la que mueva los hilos y no la que decida en función del bienestar ajeno.

Si le prestara atención cada vez que se dirije a mí pasaría los días buscando en cada rincón, esperando encontrar al que fuera mi "otra mitad" en el peor de los antros o acabaría viéndolo reflejado en una puñetera copa. Seguramente caería en la obsesión o en la extraña costumbre de decir su nombre tres veces para imaginarme su misteriosa aparición, como si fuera un fantasma o un personaje de Tim Burton.

"¡Bitelchús, Bitelchús, Bitelchús!".


Nunca sabremos que pasa por la cabeza de una "eterna-niñata-postadolescente" como yo, gran enigma de la etología humana o en el peor de los casos objeto de estudio en el campo de la psicopatología. Ojalá tuviera la respuesta a todas y cada una de las preguntas idiotas y no tan idiotas, pues no habríamos llegado a esta situación.
No habríamos cerrado puertas y abierto otras, para simplemente asomarnos a unas con el miedo en el cuerpo o cruzar otras poniendo a prueba nuestras posibilidades, para después cerrarlas con llave por dentro y colgar el cartelito "no molestar".


No me había dado cuenta hasta ahora de lo difícil que puede llegar a ser escribir algo dirigido a un "público" específico, totalmente anónimo y desconocido y conseguir aludirle. Todo un reto.


¿Hace un buen día verdad?

sábado, 17 de octubre de 2009

Con el corazón, que con el alma no puedo.

La opinión de los demás hacia mí siempre ha tendido a importarme bien poco, y ahora mucho menos. Bebo hasta perder el conocimiento porque no me gusta lo que veo, bebo hasta perder el control de mis movimientos porque puedo disimular mi torpeza.

Me dejo llevar por los instintos de otros y me influyen sus ideas a la hora de actuar. No soporto que me den consejos y mucho menos que me den órdenes, pero mi absurda y débil forma de ser consigue que me arrodille y lo que es peor, que me arrastre la mayoría de las veces.

Las despedidas nunca fueron lo mío, nunca supe qué decir, qué hacer o cómo hacerlo, por eso no le pongo nombre a las "cosas".


lunes, 5 de octubre de 2009

"Entre Lisboa y Madrid"

Llegados a este punto, hay ciertas ideas que he desechado, como términos y conceptos que han desaparecido de mi vocabulario. Ya no utilizo palabras como amor y odio, puesto que carecen del sentido que tenían antes para mí en cualquier contexto.
Ya no tengo la voluntad de despreciar a nadie, como tampoco puedo darme cuenta si soy capaz de querer a alguien más que a mí misma.

Todo lo que pueda relacionarme con una persona no irá mas allá de aquellos límites que al traspasarlos puedan causarme daño alguno.

Digamos que se ha cortado la conexión entre el entorno en el que se mueven los demás y la fibra que me hace sensible a ellos y sus acciones. Digamos que me he convertido en algo así como un vegetal, o incluso un juguete roto.

Quisiera culpar de esto a quien, conscientemente o no, me ha dejado una huella que con el tiempo espero que se haga invisible y apenas note la presencia de esa herida que me ha provocado con un hierro ardiendo y pueda recuperar ese agradecido afecto que, en estos momentos, no siento hacia practicamente nadie.

Al igual que esa marca, espero que su nombre cicatrice con el tiempo y apenas lo recuerde.

Ahora no se que me duele más, si el haber sentido algo o haberlo perdido y no esperar -o querer- encontrarlo.





Eso sí, me lo paso en grande. Disfruto cada día de las buenas y malas compañías, aunque no sepa lo que harán de mí.

viernes, 2 de octubre de 2009

Imperfección.

Intentaré escribir de una manera más breve y concisa, ya que, releyendo entradas antiguas y no tan antiguas me he dado cuenta de que doy más vueltas que un tonto para decir cualquier cosa o para, finalmente, acabar por no decir nada.
Irse por las ramas no hace más que liar y confundir, y desde luego, esa no es ni ha sido nunca mi intención.


Remover fango es asunto chungo, y peor aún es remover mierda. Mejor dejar de meter el dedo en la llaga, se suele decir... pero como suicidas lo metemos hasta el fondo movidos por nuestro instinto más primitivo, la curiosidad. Y ya se sabe lo que le pasó al gato.


Como esponjas, absorvemos todo tipo de líquidos y no tan líquidos, hasta que la cosa de desborda y se acaba la gracia. Entonces el vaso se queda vacío y ni una sola gota queda para disfrutar de lo poco que quedaba.


Viendo una serie un tanto absurda escuché una frase que se me quedó grabada en la mente -espero que sea por mucho tiempo y mi memoria no me la juegue con cosas así de insustanciales- y es la siguiente: "Lo peor de un corazón roto es que no te acuerdas de como te sentías antes". La frase puede parecer simple, puede parecer infantil e incluso cursi, pero seguro que todos hemos tenido esa sensación, aunque sea por asomo y de lejos.

Pero claro, no podemos esperar que una serie dedicada al público de niñas de 15 años, tenga un argumento y unos diálogos de galardón.


Había dicho que lo iba a intentar, pero me parece que no lo he conseguido - lo de ser más clara, digo.





Espectacular, Duom, espectacular.




"Smack my bitch up!"