Joder, qué tiempo más loco ¿no? Tan pronto llueve como hace un calor aplatanante, por no hablar del viento. Es frustrante mirar por la ventana durante un minuto y no ver moverse una hoja y a los cinco minutos volver a hacerlo y ver los árboles doblados moviéndose como péndulos. Es lo que tiene el tener el escritorio en frente de la ventana y ser preocupadamante distraída.
Pero estoy segura de que esta locura meteorológica no tiene ni punto de comparación con mi locura emocional. Si llevara un anemómetro incorporado dejaría en evidencia a las "chicas del tiempo" debido a su independencia.
Me cago en diez, en la puta de oros y en la mar salada. Continuamente. Me arrepiento de decisiones tomadas, unas remediables y otras no tanto. Me cuestiono a cada paso que doy, si es lo correcto o es lo que realmente me conviene desde un punto de vista práctico o por el contrario desde una creencia hedonista. Y normalmente me equivoco.
Cada día creo más en ideas absurdas como el karma y en teorías abstractas como es la del "efecto mariposa".
No voy a centrar mi atención el más que usado y viciado término del karma, que como he dicho, me sigue pareciendo absurdo. Pero voy a hablar del otro concepto que me trae de cabeza últimamente desde mi limitadísimo conocimiento de física.
El "efecto mariposa" no es más que una anécdota para embutirnos la Teoría del caos a los catetos y cerrados de mente como yo y que nos podamos hacer una ligera idea del asunto pudiendo resumirlo en una sencilla frase... “Si agita hoy con su aleteo el aire de Pekín una mariposa, puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene”.
Es sencillo, un pequeño cambio en un sistema "impredecible" provoca cambios enormes en un futuro relativamente próximo. -Te quedas con el culo torcido ¿verdad?-.
Creo que ésta idea podemos sacarla del contexto meteorológico y aplicarla a la vida humana. Viene como anillo al dedo.
Y no creo estar diciendo ningún disparate, puede que mi expresión y mi exposición sean pésimas, pero no es difícil de entender para cualquier mente paciente. Tampoco hay que ser muy sagaz para entenderlo. No es difícil adivinar que cualquier movimiento produce infinitas oportunidades o limitaciones, un millón de posibles objetivos y diferentes cambios a los que hay que amoldarse. No es difícil adivinar nada de esto si miramos desde la propia experiencia. Y desde esa experiencia una servidora ha conocido nuevas filosofías de vida y ha aprendido a quedarse quietecita y no tocar nada cuando haya un bicho cerca.
Soy lo que soy; una llorona, una hipocondriaca, una ordinaria, una pesimista y una miedica, y como tal no puedo traicionar mis instintos y mucho menos mis costumbres. Seguiré lloriqueando por los rincones, seguiré quejándome hasta hartar, seguiré soltando una burrada tras otra, seguiré viendo el vaso medio vacío y seguiré petrificada en el marco de la puerta hasta que alguien me de una patada en el culo.
Soy la misma, voy por el mismo camino, me rigen las mismas ideas a pesar de mi indecisa y cambiante forma de ser, y quiero lo mismo... pero recibo menos incentivos y la ilusión disminuye por momentos.
Ya la prisa no me condiciona. Tengo mucho tiempo por delante... o no, si así lo decido dejando a un lado la cobardía que me impide llevar a cabo algunos planes.