miércoles, 13 de enero de 2010

Modelnos de mielda.

Parece que aún queda mucho por inventar, el arte, la moda, la música, los ideales... pero son reciclados década tras década. La originalidad y la creatividad se basan en simple repetición de tendencias pasadas, innovar es un lujo que está al alcance de muy pocos. Visionarios que reinventan estilos.

Es muy sencillo; pantalones pitillo hasta los sobacos, plataformas psicodélicas, tirantes, camisas de cuadros, jerseys de rombos, gafas de pasta a lo Clark Kent, medias de colores, maraña de pelo o pelo corto nos convierte en los seres andróginos por excelencia.
El más moderno es el que habla retocando cada frase, usando términos casi extinguidos, haciendo que el de en frente parezca un ignorante por no saber quién es quién. Esta pedantería lapida al analfabetismo, al menos en apariencia... y eso no se si es un punto a favor o en contra.
Visitar las tiendas de segunda mano, pasear por la Gran Vía con un recipiente de Starbucks en la mano o pasar las tardes en cafés y tascas de estilo vintage te hace subir un escalón en la complicada pirámide social.



Alguno pensará... "qué hipócrita es esta chiquilla", cosa que debo negar, pues esto no es un texto con un fin concreto, no pretendo humillar a nadie, ni lucirme con un pequeño discurso o ensañarme con una forma de vida como otra cualquiera.
Además, yo también desayuno en Starbucks, me pongo medias inspiradas en Agatha Ruiz de la Prada, uso palabrería ridícula, escucho a los Beatles, llevo ropa de segunda mano y uso gafas de pasta sin ser miope.






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