Intentaré escribir de una manera más breve y concisa, ya que, releyendo entradas antiguas y no tan antiguas me he dado cuenta de que doy más vueltas que un tonto para decir cualquier cosa o para, finalmente, acabar por no decir nada.
Irse por las ramas no hace más que liar y confundir, y desde luego, esa no es ni ha sido nunca mi intención.
Remover fango es asunto chungo, y peor aún es remover mierda. Mejor dejar de meter el dedo en la llaga, se suele decir... pero como suicidas lo metemos hasta el fondo movidos por nuestro instinto más primitivo, la curiosidad. Y ya se sabe lo que le pasó al gato.
Como esponjas, absorvemos todo tipo de líquidos y no tan líquidos, hasta que la cosa de desborda y se acaba la gracia. Entonces el vaso se queda vacío y ni una sola gota queda para disfrutar de lo poco que quedaba.
Viendo una serie un tanto absurda escuché una frase que se me quedó grabada en la mente -espero que sea por mucho tiempo y mi memoria no me la juegue con cosas así de insustanciales- y es la siguiente: "Lo peor de un corazón roto es que no te acuerdas de como te sentías antes". La frase puede parecer simple, puede parecer infantil e incluso cursi, pero seguro que todos hemos tenido esa sensación, aunque sea por asomo y de lejos.
Pero claro, no podemos esperar que una serie dedicada al público de niñas de 15 años, tenga un argumento y unos diálogos de galardón.
Había dicho que lo iba a intentar, pero me parece que no lo he conseguido - lo de ser más clara, digo.
Espectacular, Duom, espectacular.


"Smack my bitch up!"
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