sábado, 25 de abril de 2009

Pequeño desastre animal.

No importa cuanto empeño ponga en aceptar o hacer algo, o se me queda demasiado pequeño o se me queda demasiado grande, pero de momento no he encontrado nada hecho a medida para cubrir mis "necesidades" y si le sigo pidiendo tanto a todo lo que me rodea dudo que alguna vez lo haga. Tanto nivel de exigencia no puede ser bueno.
Mi problema es que no sé qué pedir porque no se lo que quiero; mi reducido, amuermado e incapacitado cerebro no sabe cómo jerarquizar mis prioridades e inquietudes, si las tengo...


Eso sí, no hay nada más frustrante que desear algo y no poder alcanzarlo, o por incapacidad o por principios.
Sería mucho más sencillo si fuera una persona totalmente inmoral, si fuera una persona de esas que hoy en día encuentras a patadas.

A veces pienso que un buen mamporro en la cabeza agitaría mis neuronas y las pondría a trabajar... ¡Puñeteras vagas!

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