domingo, 19 de julio de 2009

Bella durmiente.

El montón de tareas pendientes es cada vez más grande, no se si mi mesa aguantará tanto peso. Dormir no es la solución, pero es la única forma que tengo de pasar el tiempo sin hacer uso de mi conciencia y con los días tendré tanto trabajo acumulado que acabaré apartándolo o quitándole la importancia que debiera darle.


Demasiado tiempo libre y poco o nada organizado.

Me gustaría saber que fue de aquella niña que apenas se
distraía, que rara vez se perdía, que se adelantaba a los acontecimientos, que sabía valorar cada mínimo detalle.

Ese tiempo libre debería emplearlo en invocar a ese espíritu infantil y hacerlo volver para tenerlo como guía.



La inteligencia de una persona y su madurez toman verdadera forma cuando es capaz de separar todos los ámbitos de su vida, cuando es capaz de aislar lo que impide el correcto desarrollo de su día a día y por su puesto, la búsqueda de esa utópica felicidad, y eliminarlo.

Pero mi incompetencia no me permite distinguir ese impedimento, y si lo ha distinguido entonces es mi yo-emo y autodestructivo el que no quiere hacerlo desaparecer.


Y ya no quiero hablar de mi estado febril, que no me ayuda nada, y además, asusta.


No hay comentarios: